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FluyezCambios

Cómo la tecnología nos está ayudando a hablar con los animales

30 de octubre de 2022

El mundo que nos rodea está vibrando con sonidos que no podemos oír. Los murciélagos chillan y balbucean en ultrasonido; los elefantes se murmuran secretos infrasónicos entre sí; los arrecifes de coral son clubes acuáticos, saltando con los crujidos, silbidos y chasquidos de la vida marina.

Durante siglos, ni siquiera sabíamos que existían esos sonidos. Pero a medida que la tecnología ha avanzado, también lo ha hecho nuestra capacidad de escuchar. Hoy en día, herramientas como drones, grabadoras digitales e inteligencia artificial nos ayudan a escuchar los sonidos de la naturaleza de formas sin precedentes, transformando el mundo de la investigación científica y planteando una perspectiva tentadora: algún día, pronto, las computadoras podrían permitirnos hablar con los animales.

De alguna manera, eso ya ha comenzado.

“Las tecnologías digitales, tan a menudo asociadas con nuestra alienación de la naturaleza, nos ofrecen la oportunidad de escuchar a los no humanos de maneras poderosas, reviviendo nuestra conexión con el mundo natural”, escribe Karen Bakker en su nuevo libro, The Sounds of Life : How Digital La tecnología nos acerca al mundo de los animales y las plantas .

Se han instalado puestos de escucha automatizados en ecosistemas de todo el planeta, desde las selvas tropicales hasta las profundidades del océano, y la miniaturización ha permitido a los científicos colocar micrófonos en animales tan pequeños como las abejas.

Combinados, estos dispositivos digitales funcionan como un audífono a escala planetaria: permiten a los humanos observar y estudiar los sonidos de la naturaleza más allá de los límites de nuestras capacidades sensoriales”, escribe Bakker.

Todos esos dispositivos crean una tonelada de datos, que sería imposible revisar manualmente. Por lo tanto, los investigadores en los campos de la bioacústica (que estudia los sonidos producidos por los organismos vivos) y la ecoacústica (que estudia los sonidos producidos por ecosistemas completos) están recurriendo a la inteligencia artificial para revisar las pilas de grabaciones y encontrar patrones que podrían ayudarnos a comprender qué animales se dicen unos a otros. Ahora hay bases de datos de canciones de ballenas y bailes de abejas, entre otros, que Bakker escribe que algún día podrían convertirse en «una versión zoológica de Google Translate».

Pero es importante recordar que no necesariamente estamos descubriendo estos sonidos por primera vez. Como señala Bakker en su libro, las comunidades indígenas de todo el mundo han sido conscientes durante mucho tiempo de que los animales tienen sus propias formas de comunicación, mientras que el establecimiento científico occidental históricamente ha descartado la idea de la comunicación animal por completo. Muchos de los investigadores que Bakker destaca en su libro enfrentaron un intenso rechazo por parte de la comunidad científica cuando sugirieron que las ballenas, los elefantes, las tortugas, los murciélagos e incluso las plantas emitían sonidos e incluso podrían tener sus propios idiomas. Pasaron casi tanto tiempo luchando contra el rechazo como investigando.